Antes del concepto de la nube, el
procesamiento y almacenamiento de datos se hacían en tu computadora;
ahora, en cambio, la nube de internet –cloud computing en inglés—
permite una separación funcional entre los recursos de tu computadora y
otros recursos que se utilizan, lo que se traduce en utilizar recursos
en un lugar remoto a los que se acceden por internet. Todo lo que ocurre
dentro de la nube es totalmente transparente para ti y no necesitas
conocimiento técnico para utilizarla.
El término software como servicio
–software as a service en inglés, abreviado SaaS— es utilizado también
para referirse a programas que se ofrecen mediante la nube.
Sin que te des cuenta estás haciendo
uso de servicios en la nube continuamente. Un ejemplo típico es usar una
página web para acceder a una cuenta de correo en Google, Hotmail, o Yahoo!, por mencionar unos cuantos.
Otra forma de ver a la nube es como una
conexión a un servicio que ofrece poder de cómputo y procesamiento,
análogo a servicios como luz y agua, donde una casa no requiere de
generadores de luz o bombas de agua para consumirlos.
Siendo así, puedes ver a la nube como
todos los servicios para música, películas, fotos, juegos, procesadores
de palabras, etc., servicios a los que puedes acceder independientemente
de la computadora o dispositivo que estés usando.
Existen miles de centros de datos
alrededor del mundo y no son simplemente más que torres de computadoras
mucho más potentes que tu computadora personal (son servidores). Al fin y
al cabo, son solo eso, computadoras.
Una vez que tu foto entra dentro de la
nube es difícil saber dónde se almacena, ya que cada proveedor (Google,
Facebook, Amazon…) cuenta con docenas de estos centros. La foto podría
estar en París, Alemania o en la India. No hay forma de saberlo con
exactitud. Solo te queda confiar en la compañía como Google o Microsoft
para que puedan cuidar de tu fotografía.
Fuentes de informacion: http://www.economiapersonal.com.ar/la-nube-un-cambio-de-paradigma/
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